Estudio Lavedán Gómez reformó este piso en Madrid y mantuvo su aire clásico

La renovación de una vivienda de principios del siglo XX en el corazón de Madrid no es una tarea sencilla. El reto está en preservar la esencia del pasado mientras se adaptan los espacios a las necesidades y gustos actuales. En este caso, el estudio de arquitectura Lavedán Gómez ha conseguido lo que parece imposible: combinar la elegancia clásica de 1910 con elementos contemporáneos que dotan de funcionalidad y modernidad a esta vivienda. El resultado es un espacio que respeta su historia, pero al mismo tiempo, es perfectamente habitable para la vida moderna.

Estudio Lavedán Gómez reformó este piso en Madrid y mantuvo su aire clásico
Imagen cortesía de Germán Saiz (revistaad.es), a quien pertenecen todos los derechos.

Un diseño que respeta la historia

Desde el primer momento, la solicitud del cliente fue clara: mantener el espíritu del edificio original. Construida en 1910, esta vivienda tenía una serie de elementos históricos que debían ser preservados, como el muro medianero de ladrillo macizo, la chimenea y las contraventanas del salón. Estos detalles aportan carácter y personalidad a la vivienda, recordando a quienes la habitan o visitan que están en un lugar con historia.

Sin embargo, el proyecto no se limitaba a restaurar lo antiguo. Lavedán Gómez también quiso integrar elementos modernos que complementaran ese estilo clásico. La selección de suelos de roble y terrazo, por ejemplo, fue un detalle fundamental para mantener la coherencia estética. Estos materiales, elegidos cuidadosamente, no solo realzan el carácter del espacio, sino que también aportan durabilidad y modernidad.

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Imagen cortesía de Germán Saiz (revistaad.es), a quien pertenecen todos los derechos.

Un espacio contemporáneo con alma clásica

La reforma incluyó una redistribución completa de los espacios, con un enfoque en mejorar la fluidez y la luminosidad de la vivienda. La cocina, que ahora es el centro del hogar, se ha convertido en un espacio que conecta perfectamente con el salón y el comedor. Una isla central, alicatada con baldosas verdes texturizadas que evocan el estilo popular de principios del siglo XX, le da personalidad a este espacio. Las puertas correderas de dos hojas permiten una integración armoniosa entre los diferentes ambientes, facilitando que la luz natural bañe toda la casa.

El salón, por su parte, ha sido diseñado con líneas sencillas y elegantes. La chimenea original, restaurada con mucho esmero, es ahora el punto focal del comedor, creando una atmósfera acogedora y sofisticada. La elección de muebles sobrios refuerza la sensación de que se trata de un espacio en el que el pasado y el presente coexisten en armonía.

estudio Lavedán Gómez
Imagen cortesía de Germán Saiz (revistaad.es), a quien pertenecen todos los derechos.

Materiales y detalles que marcan la diferencia

En esta reforma, la elección de materiales fue clave para mantener el equilibrio entre lo clásico y lo moderno. Los suelos de barro cocido en los baños y balcones, junto con los azulejos beige texturizados, evocan los materiales que se utilizaban en Madrid a principios del siglo XX. Estos detalles no solo aportan autenticidad, sino también calidez y un toque artesanal.

En el dormitorio principal, el uso de papel vinílico que imita el entelado aporta una sensación de sofisticación y durabilidad. Este material no solo es visualmente atractivo, sino que también es práctico y resistente, ideal para un espacio que busca ser tanto funcional como estéticamente agradable.

Otro aspecto fundamental en el diseño fue la iluminación. Las puertas metálicas lacadas a medida, con vidrios acanalados, permiten que la luz fluya entre las distintas estancias de la casa sin sacrificar la privacidad. El uso de luces indirectas y focos empotrables destaca la belleza de los materiales y la arquitectura original, creando una atmósfera cálida y acogedora.

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Imagen cortesía de Germán Saiz (revistaad.es), a quien pertenecen todos los derechos.

Un equilibrio entre pasado y presente

El trabajo realizado por Lavedán Gómez en esta vivienda es un ejemplo perfecto de cómo es posible renovar un espacio sin perder su esencia histórica. El respeto por los elementos originales, como el ladrillo macizo o la chimenea, combinado con detalles contemporáneos cuidadosamente seleccionados, ha dado lugar a una vivienda que refleja tanto la historia del edificio como las necesidades de sus habitantes actuales.

Este proyecto es un homenaje al pasado, pero con una clara mirada hacia el futuro. Al mantener un equilibrio entre lo clásico y lo moderno, Lavedán Gómez ha demostrado que el diseño atemporal es posible cuando se respetan los principios arquitectónicos originales y se adaptan a las necesidades contemporáneas. La renovación de esta vivienda en Madrid no solo revitaliza el espacio, sino que también revaloriza su historia, mostrando que es posible habitar en el presente sin dejar atrás la belleza del pasado.

Fuente: revistaad.es