Imagen cortesía de Ricardo Faiani (dezeen.com), a quien pertenecen todos los derechos.
El estudio Arkitito Arquitetura ha llevado a cabo una reforma impresionante en un terreno con jardín triangular en São Paulo, Brasil. La Casa Lechuza, como se denomina este proyecto, está ubicada en la cima de una colina que ofrece vistas panorámicas del barrio de Vila Madalena. Su diseño trapezoidal y su estructura de estuco hacen que esta casa se mimetice perfectamente con el entorno natural, aprovechando al máximo las características del terreno.
Una casa diseñada por estudio Arkitito para la integración con la naturaleza
Casa Lechuza, de 235 metros cuadrados, fue construida en un lote compacto de 300 metros cuadrados. Sus propietarios, un arquitecto paisajista y un ingeniero, se mudaron del campo a la ciudad buscando mantener la serenidad de su antigua residencia rural. Querían que la nueva casa en São Paulo evocara recuerdos de la arquitectura tradicional mexicana, lo que se tradujo en un diseño nostálgico y acogedor.
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Para cumplir con este propósito, la volumetría de la casa se presenta como una estructura sólida, interrumpida por aberturas estratégicas en las fachadas y rodeada por dos patios. El jardín, creado por el propietario, tiene un rol social fundamental. Con caminos sinuosos y una plaza privada delimitada por pavimento de piedra negra portuguesa, el jardín no solo embellece el espacio, sino que también evoluciona con el tiempo y el uso.
Imagen cortesía de Ricardo Faiani (dezeen.com), a quien pertenecen todos los derechos.
Espacios interiores conectados con el exterior
Al ingresar a la casa, te recibe un jardín de especias y hierbas que te lleva hasta un conjunto de puertas de vidrio de piso a techo. Estas puertas dan acceso a la cocina, un espacio que se encuentra perfectamente integrado con el entorno exterior. La cocina es el corazón de la estancia, con una isla central desde la que puedes apreciar el jardín.
El diseño de la cocina prioriza la amplitud visual. Los armarios, colocados en niveles bajos, permiten que la estancia mantenga su verticalidad, mientras que la carpintería modular se extiende hasta las estanterías de la sala de estar. Detrás de la cocina se encuentran el lavadero y un espacio de almacenamiento, ofreciendo funcionalidad sin sacrificar el diseño.
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El salón, conectado a la cocina a través de un amplio pasillo, es un lugar acogedor, perfecto para disfrutar de una película o simplemente relajarse. Con paredes que interrumpen la línea de los marcos, se genera un ambiente más íntimo y protegido. Además, la sala de estar cuenta con una galería donde los propietarios exhiben su colección personal de arte, iluminada por un lucernario ubicado en el perímetro de la escalera.
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Un segundo nivel lleno de luz y detalles únicos
Una escalera ultradelgada de color cobre conecta la planta principal con el segundo nivel. Aquí, la suite principal ocupa todo el espacio, con un dormitorio inundado de luz natural y un baño decorado con azulejos de motivos florales que resaltan por su estilo único. Además, desde la suite se accede a una terraza jardín privada, sombreada por una pérgola de metal y madera rugosa, creando un refugio ideal para relajarse al aire libre.
En cuanto a la paleta de colores y materiales, el estudio Arkitito Arquitetura optó por tonos tierra, madera natural y metal de color óxido que evocan las tonalidades del jardín, integrando los interiores con el paisaje circundante. La casa se organiza en torno a dos patios que dividen el espacio exterior, conectados por una circulación que también funciona como oficina y fuente de luz y ventilación para el interior de la vivienda.
El patio trasero de la casa alberga un huerto de tres niveles, donde se cultivan diversas plantas y hortalizas. Este jardín no solo aporta un elemento de autosuficiencia a la vivienda, sino que también actúa como un espacio de esparcimiento y relajación.
Imagen cortesía de Ricardo Faiani (dezeen.com), a quien pertenecen todos los derechos.
En definitiva, la Casa Lechuza de Arkitito Arquitetura es un ejemplo perfecto de cómo la arquitectura puede integrarse de manera armónica con la naturaleza. A pesar de estar en la ciudad, sus propietarios han logrado recrear la tranquilidad y el confort de una residencia rural, rodeados de vegetación y con espacios que promueven la conexión con el entorno natural.
Fuente:
dezeen.com
