Imagen cortesía de architecturaldigest.com, a quien pertenecen todos los derechos.
El Estudio Night Palm, dirigido por Tiffany Howell, ha logrado capturar la esencia de los años 90 en su último proyecto, un condominio en West Hollywood. Inspirándose en íconos como Daft Punk y Tom Ford, Howell rediseñó un espacio que combina lo mejor de la música y la moda de esa década, transformando cada rincón del apartamento en una experiencia sensorial única. Al entrar en el lugar, sientes como si te transportaras a un mundo donde el lujo y la creatividad se entrelazan de manera armónica.
Howell, conocida por su enfoque poco convencional, elige inspirarse en elementos fuera del diseño interior, utilizando referencias de moda y arte para dar vida a sus proyectos.
Estudio Night Palm: elegancia y creatividad en cada detalle
El rediseño del apartamento comenzó con una renovación completa, pensada para satisfacer las necesidades del propietario, Chase Rogers, quien disfruta de recibir invitados. Howell transformó el espacio con una paleta de colores ámbar, crema y azul que complementa las vistas panorámicas de Sunset Boulevard. Además, la elección de materiales como la laca negra, el cuero y la iluminación vintage refuerzan la atmósfera nostálgica y sofisticada.
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El salón, por ejemplo, presenta dos lámparas de Murano en forma de hongo, que aportan un toque de modernismo italiano, y un juego de ajedrez de cromo y latón de los años 70 que agrega un aire lúdico y elegante al espacio. Howell describe su estilo como “elevado, cálido y cautivador”, y eso se refleja en la cuidadosa selección de mobiliario y piezas de arte que decoran el lugar.
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Un tributo a la moda y el arte
El estilo de Howell se inspira en el glamour de Tom Ford en los años 90 y el diseño italiano de las décadas de los 60 y 70. En la sala de estar, una pieza de Takashi Murakami y Virgil Abloh cuelga sobre un aparador de madera lacada de los años 60, mientras que los sillones de cuero y cromo, tapizados con terciopelo de algodón, evocan el espíritu posmoderno italiano. La diseñadora se enfoca en capturar la esencia de diferentes eras y fusionarlas en un entorno coherente que habla de lujo y sofisticación.
El comedor, por otro lado, tiene una mesa personalizada rematada con un jarrón de mimbre de la década de 1960 y una lámpara colgante de cristal de Murano. Aquí, Howell ha logrado combinar materiales y formas de manera equilibrada, creando un espacio que parece más una instalación artística que un área funcional de la casa.
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Funcionalidad y arte en armonía
Más allá del aspecto visual, Howell se preocupa por la funcionalidad del espacio. Para ella, cada sofá debe ser cómodo y cada jarrón debe tener un propósito. Por eso, diseñó un banco cubierto de terciopelo en el balcón, creando un lugar ideal para contemplar el horizonte de Los Ángeles. Esta área exterior se siente como una extensión natural del apartamento, integrándose a la perfección con el diseño interior.
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En la cocina, el mármol se convierte en el protagonista. La gran isla central, con patrones orgánicos y tonos terrosos, no solo es visualmente impactante, sino que también sirve como punto de encuentro para los invitados. Los gabinetes, pintados en arcilla romana y sellados para mayor durabilidad, complementan el estilo clásico y moderno de la vivienda.
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Un diseño que evoluciona con el tiempo
Una de las particularidades del trabajo de Howell es que sus diseños cobran vida cuando los propietarios comienzan a habitarlos. Según ella, las imperfecciones y la pátina del uso diario le dan alma a los espacios. En este apartamento, cada pieza ha sido elegida para envejecer con gracia y aportar una sensación de autenticidad.
En el baño principal, el mármol con vetas azules y los espejos de inspiración hollywoodense continúan la narrativa de opulencia y sofisticación. Mientras tanto, el dormitorio principal, decorado con cortinas de lino belga y una cama de cuero de los años 70, completa el ambiente relajado y elegante del lugar.
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Howell ha logrado fusionar su amor por la moda, la música y el arte en este proyecto, creando un espacio que no solo es funcional, sino también visualmente impactante. El resultado es un hogar que, a través de sus detalles cuidadosamente seleccionados, te transporta a una era dorada del diseño y te invita a vivirla cada día.
Fuente:
architecturaldigest.com
