Joel Tanner, arquitecto, fundador y director creativo de SMPL Design Studio, ha diseñado más de 40 casas al año, y cada una de ellas se caracteriza por su profunda conexión con el entorno. Una de sus creaciones más recientes es una casa de 325 metros cuadrados en Oakville, donde logró que la arquitectura se integre perfectamente con la naturaleza. ¿Cómo lo hizo? Aquí te lo contamos.
La importancia de la luz en el diseño para el arquitecto Joel Tanner
Para Joel Tanner, la clave para que una casa se sienta realmente parte de su entorno radica en cómo aprovecha la luz natural, comentó en una entrevista que:
“Me gusta ver cómo cae la luz sobre el terreno en verano y en invierno. Mi objetivo es que los propietarios no tengan que encender una luz durante todo el día porque los interiores serán hermosos y luminosos todo el año”.
Originalmente, el terreno albergaba una casa de los años 50 que no aprovechaba la orientación ni la luz solar. El antiguo camino de entrada y el garaje dominaban la parte más soleada de la propiedad, bloqueando el acceso a la luz natural en la zona de estar. Tanner decidió trasladar el garaje al norte, liberando así un espacio privilegiado para una sala de estar acristalada y una oficina en el nuevo piso principal. Ahora, la luz inunda todos los rincones de la casa, creando un ambiente cálido y acogedor.
Cómo el garaje se convierte en un elemento discreto
Los propietarios de la casa son grandes coleccionistas de coches, por lo que el garaje tenía que ser un elemento central en el diseño. Tanner se enfrentó al reto de crear un espacio que pudiera albergar varios vehículos sin romper con la estética exterior de la casa. Así nació la idea de un garaje con dos ascensores para coches que permite apilar y almacenar hasta cinco vehículos.
El garaje más elegante jamás diseñado
Sin embargo, el verdadero logro está en cómo este arquitecto logró que el garaje se mimetizara con la fachada frontal. Al estar revestido con el mismo material de madera negra NewTechWood que las paredes circundantes, se convierte en un elemento discreto que no acapara la atención. De este modo, se evita que el garaje sea el foco visual, permitiendo que otras características del diseño se luzcan.
El arquitecto que logró un diseño que flota y enmarca la naturaleza
El piso superior de la casa se destaca por su revestimiento de estuco blanco y su apariencia flotante. Tanner quería que este volumen, que alberga los dormitorios, pareciera ligero y etéreo. Desde la calle, la estructura parece un bloque monolítico, pero esconde un detalle fascinante: un “corte de halo”, una especie de patio revestido de vidrio que enmarca el cielo y los elementos naturales.
“El corte de halo atrae la luz hacia el interior y permite a los propietarios estar en sintonía con el entorno”, explica Tanner. Este elemento arquitectónico único crea una conexión visual entre el interior y el exterior, generando una sensación de armonía con la naturaleza.
Interiores que se transforman con las estaciones
La casa de Oakville es un ejemplo perfecto de cómo un buen diseño puede cambiar su carácter con las estaciones. En verano, la luz se filtra a través de las amplias ventanas orientadas al sur, mientras que en invierno, los interiores se llenan de la luz suave del sol bajo. Tanner asegura que esta conexión con la naturaleza permite que la casa se sienta viva y cambiante, como un organismo que responde a su entorno.
En el interior, la sensación de amplitud se acentúa con una distribución de concepto abierto que conecta la cocina y el comedor con la piscina del patio trasero a través de una pared de puertas corredizas. Al subir las escaleras, los escalones de roble blanco en voladizo parecen flotar, creando un efecto visual que refuerza la idea de ligereza y conexión con el exterior.