Imagen cortesía de David Zarzoso (revistaad.es), a quien pertenecen todos los derechos.
En Madrid, El Horno de Babette no es solo conocido por su exquisito pan artesano, sino también por el diseño innovador de sus tres sedes. Gracias al trabajo del estudio de arquitectura Zooco, estos espacios han logrado romper con los esquemas tradicionales de las panaderías. El diseño no es solo un complemento, sino una parte clave en la experiencia del cliente. A continuación, te contamos cómo Zooco ha logrado redefinir el concepto de panadería, fusionando modernidad y tradición en un entorno acogedor.
Un nuevo concepto de panadería
Zooco se propuso revolucionar el típico diseño de panaderías, tomando inspiración de la película «El festín de Babette», donde los personajes disfrutan de una gran comida en torno a una mesa común. Este concepto fue trasladado al interior de las panaderías, donde se rompió con la jerarquía habitual del mostrador que separa al vendedor del cliente. En lugar de un mostrador tradicional, en El Horno de Babette, el expositor de pan se convierte en una «mesa central», fomentando un ambiente más fluido e interactivo.
Al eliminar el mostrador, Zooco ha conseguido que el cliente se sienta parte del espacio, permitiéndole explorar el local y descubrir los productos desde cualquier ángulo. Este enfoque crea una experiencia de compra más cercana, donde el cliente y el vendedor comparten el mismo entorno, sin barreras que limiten la interacción.
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Materiales y texturas que definen el espacio
El uso de materiales y texturas cuidadosamente seleccionados es otro de los grandes aciertos del estudio. Cada una de las sedes de El Horno de Babette tiene una identidad propia, marcada por su ubicación y el diseño de interiores.
En el local de General Díaz Porlier, Zooco apostó por paredes revestidas de mimbre y vetas de madera, creando un espacio acogedor que invita a la calma. La estética minimalista refuerza el concepto de menos es más, una idea presente también en la película que da nombre a la panadería, donde la austeridad se transforma en calidez.
En la sede de Orellana, el enfoque es más industrial, con mamparas metálicas que dividen las áreas expositivas y de trabajo. Las texturas de microcemento y terrazo contrastan con la mesa central de roble macizo, creando un balance perfecto entre lo moderno y lo rústico. Este juego de materiales genera una atmósfera de sencillez que, a la vez, es visualmente atractiva.
Por otro lado, el local de Paseo de La Habana destaca por su luminosidad, gracias al predominio del color blanco y los alicatados cerámicos. Aunque podría parecer un espacio frío por la selección de materiales como el cemento proyectado, la iluminación cálida y los detalles en madera logran que el ambiente resulte acogedor y envolvente.
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Una experiencia que va más allá de lo visual
El rediseño de Zooco no se queda en lo estético, sino que transforma la experiencia de compra. Al eliminar el mostrador, la relación entre cliente y vendedor se vuelve más cercana y colaborativa. Al principio, los clientes suelen sentir cierta incertidumbre sobre cómo moverse por el espacio, pero una vez que se les invita a explorar libremente, la experiencia se vuelve mucho más inmersiva y placentera.
El mobiliario, junto con la iluminación cálida, refuerza la sensación de estar en un lugar familiar, casi doméstico, donde el pan se convierte en el verdadero protagonista. Cada sede de El Horno de Babette ha sido diseñada para que el cliente no solo compre, sino que también disfrute del entorno y se sienta tentado a quedarse un rato más.
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Imagen cortesía de David Zarzoso (revistaad.es), a quien pertenecen todos los derechos.
Reinventando la panadería tradicional
Zooco ha logrado reinventar el concepto de panadería tradicional, haciendo que el diseño interior sea una parte fundamental de la experiencia de compra. Los materiales, las texturas y la disposición de los espacios cuentan una historia en cada uno de los locales de El Horno de Babette. La integración de lo artesanal con lo moderno crea una atmósfera única que invita al cliente a disfrutar de una experiencia que va más allá de lo gastronómico.
El estudio ha conseguido que cada local tenga su propia identidad, pero manteniendo un hilo conductor que une las tres sedes. Esta coherencia estética convierte a El Horno de Babette en un ejemplo de cómo el diseño puede elevar la experiencia de un espacio comercial, sin caer en excesos ni perder la esencia artesanal.
Imagen cortesía de David Zarzoso (revistaad.es), a quien pertenecen todos los derechos.
Un festín visual y sensorial
El éxito del rediseño no radica solo en los detalles arquitectónicos o decorativos, sino en la experiencia completa que ofrece al cliente. Zooco ha sabido capturar la esencia de lo que debe ser una panadería en el siglo XXI: un lugar donde el diseño y la funcionalidad se unen para crear un ambiente acogedor, pero también moderno y estéticamente atractivo.
Así que, la próxima vez que pases por una de las sedes de El Horno de Babette, no te limites a comprar tu pan favorito. Tómate un momento para admirar el diseño que te rodea y disfrutar de un espacio que te invita a quedarte, interactuar y sumergirte en una experiencia sensorial completa.
Fuente revista AD
