El salón desempeña un papel cada vez más primordial en nuestros hogares e incluso en la oficina y su protagonista indiscutible siempre ha sido el sofá, objeto de elecciones de mobiliario a menudo difíciles, pero de importancia fundamental. Veamos, juntos cómo elegir un sofá adecuado para el salón.
Antes de pensar en elegir un nuevo sofá, es necesario pensar en su ubicación y en el espacio que ocupará. Es relevante tener en cuenta las medidas de la habitación y de los muebles colocados en ella, así como otros muebles que pretendas colocar más adelante.
Debes intentar crear un esquema para que el sofá encaje a la perfección con el gusto de tus muebles y el espacio del que dispones. En función del espacio disponible, podrás optar por un sofá lineal, un sofá doble o sillones o incluso algo más moderno y “anguloso”. Intenta pensar en medidas y modelos de distribución que puedan ayudarte a estructurar tu salón.
Espacios y habitaciones para tu sofá
Intenta garantizar al menos 60 cm entre el sofá y la pared del fondo si esta permite el paso a otras habitaciones. En cambio, el espacio que hay que garantizar entre el sofá y la mesa de centro es de al menos 50 cm. De este modo consigues un excelente tablero sin estorbar.
Si estás en un espacio diáfano y el salón y la cocina forman parte de la misma estancia, procura distanciar adecuadamente, el sofá y la mesa de la cocina, al menos 150 cm. Del mismo modo, el uso de sofás “frontalmente” debe implicar un espacio abierto de buen tamaño, con una separación mínima de 170 cm.
Un último elemento que hay que analizar es, si existe, la distancia entre el sofá y el televisor. Intentamos mantener una proporción de unas 3 veces el tamaño del televisor, así que si tenemos uno de 32’, tenemos que dejar al menos 120 cm de pantalla.
Escoger el sofá para un salón significa tomar decisiones
El sofá es el mueble protagonista de cualquier salón, pero para tomar la decisión más acertada, hay que tomar en cuenta diversos factores, tales como los que venimos describiendo en este artículo y otros más. Por ejemplo, un sofá cama puede ser una alternativa de alta estética y además, cómodo y muy funcional. Sin embargo, a la hora de situar el sofá en el salón es fundamental valorar:
- La anchura de los elementos que pueden componerlo.
- Presencia o ausencia de obstáculos que no sirvan para sentarse (como reposabrazos, partes salientes o posibles superficies de apoyo),
- Las alturas de los respaldos.
- Profundidades de los asientos y los fondos totales.
- El número de asientos indispensables para los miembros de la familia y los necesarios para ubicar el sofá cama para posibles invitados.
- Las fuentes de luz que necesitan quienes se sienten ahí.
- La presencia o ausencia de un televisor en la habitación.
Las posibles distribuciones funcionales de un salón
Cuando se trata de muebles para el salón, se pueden identificar cinco tipos principales de uso:
El salón de conversación
Los asientos están siempre uno frente al otro o colocados de tal forma que los que están sentados pueden tener un contacto visual muy fácil con los otros asientos. Este es, por tanto, el salón para el que resultan ideales los sofás “lineales” (es decir, la forma más clásica de sofá con reposabrazos).
La sala de descanso
Es el lugar más cómodo y confortable de la casa y para alcanzar este “estatus” se requieren unas características realmente únicas. Se trata de sofás de dos plazas, muy confortables: acolchados suaves y ergonómicos, respaldos adecuados para descansar la nuca, posiciones, por lo tanto, generalmente muy inclinadas para la espalda.
Sala de TV
Un salón con TV puede estar compuesto por un sofá con dos sillones, dos sofás colocados en una esquina, un sofá individual en forma de rincón, un sofá con una cómoda “Chaise Longue” o un sofá con península.
La sala de estar día/noche
En este caso, por supuesto, casi siempre se trata de utilizar sofás, o en todo caso asientos, que de alguna manera permiten transformarlos en verdaderas camas.