Las cocinas que se asemejan más a salas de estar o comedores son una tendencia en alza. En este piso reformado en Brooklyn Heights, la cocina modernista refleja a la perfección esta evolución, gracias a la visión del arquitecto Ian Starling, de Starling Architecture. Inspirado en el diseño original de la casa de mediados del siglo XX y en los arquitectos que la crearon, Joseph y Mary Merz, Starling transformó el espacio para que combinara la estética contemporánea con el respeto por las intenciones de sus creadores.
Los propietarios actuales, que se enamoraron de la casa a través de una visita virtual mientras vivían en Costa Rica, querían que su cocina recuperara la esencia original, pero con un toque moderno. El resultado es una combinación magistral de lo antiguo y lo nuevo.
Elementos originales con un toque contemporáneo en esta cocina modernista
Una de las principales tareas fue restaurar y evolucionar los elementos originales de la cocina. Por ejemplo, los armarios de madera contrachapada, inspirados en Alvar Aalto y diseñados por los Merz, se encontraban deteriorados tras décadas de uso. Ian y su equipo decidieron reemplazarlos por nuevos armarios de abedul que, si bien mantienen la esencia del diseño original, aportan una frescura renovada al espacio. Al respecto, Ian explicó:
“Realmente hicimos lo que pudimos para acentuar y evolucionar lo que ya existía”.
Además, se agregó una nueva isla de cocina diseñada para parecer un mueble independiente, en lugar de una isla de cocina tradicional. Encima de esta isla cuelga una lámpara de mármol de Hübsch, que aporta un toque elegante y contemporáneo.
La integración de la cocina con el comedor
Otro reto que afrontó el arquitecto fue conseguir que los materiales y acabados de la cocina se integraran perfectamente con los muebles del comedor, dada la disposición abierta del espacio. La combinación de la carpintería a medida y el piso de baldosas de arcilla galesa restaurado otorgan una armonía visual que conecta ambos ambientes de manera fluida.
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En lugar de un comedor formal, los propietarios optaron por un rincón de desayuno que combina funcionalidad y estilo. Este nuevo espacio, diseñado por el propio estudio de Ian, aprovecha el área donde antes se encontraba el estudio/biblioteca, permitiendo a la familia disfrutar de un ambiente acogedor y relajado para sus comidas diarias.
Un toque final que marca la diferencia
Los detalles de esta cocina reformada son los que realmente la elevan a otro nivel. Las puertas francesas originales, que conducen al patio, han sido restauradas para mantener su carácter único. El uso de White Dove de Benjamin Moore en las paredes complementa a la perfección los tonos cálidos de la carpintería y las baldosas del piso, creando una atmósfera serena y sofisticada.
Para completar el look, los muebles empotrados del comedor, que se encontraban en excelente estado, se dejaron tal cual estaban. Los nuevos propietarios solo agregaron su toque personal con esculturas de cabezas de José García Antonio, que aportan un aire artístico al entorno. La mesa del comedor, un diseño original de los Merz, también se conserva en el espacio, realzada por la lámpara colgante Viscontea de FLOS.
Esta cocina modernista, que combina pasado y presente, invita a disfrutar de cada momento, ya sea en la preparación de una comida o en una tranquila conversación con la familia. Una vez más, la arquitectura y el diseño de interiores se unen para demostrar que los espacios pueden evolucionar sin perder su esencia.
Fuente:
remodelista.com