El color color gris es todo menos que triste
En ocasiones relacionamos el color gris con las cosas tristes, las personas tristes, los días tristes… Pero es curioso como el gris, en la decoración, puede llegar a transmitir sensaciones que están realmente lejos de ser tristes.
El gris en muchos de sus matices (véase definición Wikipedia: La denominación de color «gris» abarca a las coloraciones ligeramente cromáticas similares a los grises neutros, denominadas agrisadas, gríseas o grisáceas. También se denomina «gris» a las coloraciones pardas, y especialmente a las que son claras.) y texturas puede ser portador, de grandes sensaciones, como la calma, la serenidad o la elegancia, que son sin duda algunos de los objetivos deseados al decorar un espacio.
En sus tonalidades claras y combinado con el color blanco, podemos lograr como resultado espacios llenos de luz, y de claridad, que transmiten calma y paz, aquí un ejemplo.
Diversas tonalidades de gris juntas, incluyendo las más oscuras pueden aportar un toque de elegancia y sobriedad a nuestro espacio, teniendo siempre sumo cuidado de no abusar de los oscuros.
Combinado con tonalidades rosas o nude, el resultado puede sorprendernos gratamente al lograr un espacio femenino y delicado, que puede ganar un toque de frescura si incluimos detalles en cobre, como una lámpara Cooper como elemento metálico acercándonos así al buscado equilibrio del Feng Shui.
Otra excelente pareja del gris, son los variados acabados y texturas de la madera que nos ayudaran así a lograr un ambiente nórdico, que transmita ese espíritu escandinavo tan actual en las tendencias de hoy en día.
El gris también nos ofrece multitud de texturas y materiales que sin recibir apenas tratamiento aportan todas las características ya mencionadas de este color. La piedra y el metal son dos claros ejemplos, que si bien se trata de materiales que en la mayoría de las ocasiones pueden dar sensación de frialdad, combinándolo con alguno de los colores o texturas anteriormente mencionadas pueden dar como resultado una agradable sensación de confortabilidad
No siendo así cuando el efecto buscado es precisamente ese, el de frescura, como puede ser por ejemplo una casa de verano en la que el resultado buscado es la transmisión de sensaciones que nos refresquen el cuerpo y la mente. La textura y la sensación que aportan materiales como la piedra, son prefectos para esta finalidad, además de que su buen envejecimiento y mantenimiento la hace un material idóneo para los revestimientos de una casa. Hoy en día existen en el mercado infinidad de pavimentos y revestimientos pétreos de gran calidad y también algunos sintéticos que imitan este material que cuenta con muy buenas prestaciones y precio, si no queremos invertir en piedra natural.
En resumen el gris en toda su gama tanto de texturas como materiales ofrece un abanico más que variado de posibilidades para conseguir diferentes resultados en la decoración de nuestra estancia.