La decoración del hogar es un proceso sumamente personal. Muchas veces creemos tener muy en claro lo que nos gusta y lo que queremos. Pero lo cierto es que debemos tener en cuenta ciertos aspectos, para poder ver a nuestro hogar como el reflejo de nuestra personalidad.
Es normal que ocurra ante la vasta oferta del mercado del interiorismo, la variedad de colores textiles, opciones, novedades, mobiliario, artículos, el sentirnos abrumados y confundidos. O muchas veces nos gusta más de una opción y es entonces cuando no sabemos qué elegir o qué será mejor para nuestro espacio.
La importancia reside en que el espacio sea funcional y cómodo pero que no por esto se vuelva un lugar que no nos representa para nada. Nuestro hogar como el reflejo de nuestra personalidad, debe poder guardar nuestra esencia y gustos.
Al mismo tiempo es clave también diferenciar entre nuestros gustos, y aquellos caprichos con los que nos empecinamos pero al fin y al cabo no valen la pena o hacen que el lugar se vuelva poco funcional.
Toma nota de tus gustos
En primer lugar, es importante dejar en claro qué nos gusta, y qué no. Para esto siempre es bueno poder crear una guía o un boceto de aquello que queremos que nuestro hogar incluya. Desde un tipo de mueble, o un tipo de empapelado para la pared.
Si queremos incluir vinilos, los colores del hogar, la disposición de los muebles, los textiles y los detalles. Hasta qué películas o músicas nos gustan es información importante para ver a nuestro hogar como el reflejo de nuestra personalidad.
De esta forma iremos ordenando en nuestra cabeza cuáles son nuestras prioridades realmente y qué tan posible es lograrlas en función del espacio con el que contamos.
El hogar como el reflejo de nuestra personalidad: ¿Cómo eres?
Por otro lado, para conocer tus gustos es importante que te conozcas a ti mismo y a tu forma de ser. Por ejemplo, las personas más extrovertidas no temerán usar colores vivos y detalles originales y extravagantes. Tal vez una decoración pop art vaya mejor con este tipo de personalidades.
Sin embargo si eres una persona serena que busca un lugar neutro donde descansar y estar en paz, o eres más bien reservado y no te gusta llamar mucho la atención y apuestas por lo sobrio, entonces las decoraciones nórdicas o minimalistas pueden ir a la perfección.
Esto también aplica para personas serias, dependiendo siempre de cuan osados sean podrán incluir elementos decorativos llamativos que rompan con la sobriedad del ambiente pero de forma sutil, sin sobrecargar el espacio con ellos.
Claro que siempre se puede transgredir e intentar salir de los esquemas propios, pero eso dependerá de cuan cómodo te sientas tú con esa decoración, ya que siempre el objetivo final además de reflejar tu gusto personal, será la confortabilidad.
Entonces, colores claros u oscuros, ambientes cargados o minimalistas, modernos o vintage, puntos medio, todas estas elecciones darán como fruto el poder ver a nuestro hogar como el reflejo de nuestra personalidad.