
¡No! No son repisas. Se trata de especieros, de los clásicos especieras tan habituales en la cocina.
Los libros de los niños suelen ser relativamente pequeños, por lo que caben perfectamente en los especieros si se colocan con la portada hacia el frente. Es por ello que se han sacado los especieros de la cocina y se han adoptado en una habitación infantil para que decoren las paredes que quedan vacías mientras contribuyen a ordenar y organizar los libros y cuentos.
Es una idea que, sin duda alguna, ayuda a crear un detalle con mucho encanto en la habitación de los niños. Una idea sencilla, económica y muy fácil de llevar a la práctica. Una idea tan original como funcional.
Además, adaptar los especieros a la decoración de una habitación infantil no resulta complicado, es solamente cuestión de pintarlos del color adecuado, de un color que encaje con el resto de la decoración, independientemente del estilo decorativo.
