Para conseguir un pequeño trozo de naturaleza en nuestro propio hogar es necesario analizar
el espacio del que disponemos. Si el sector es reducido siempre será preferible la sencillez. Es aconsejable planificar un poco antes de comenzar siguiendo líneas geométricas.
La Intimidad
Es fundamental que este espacio tenga el nivel de intimidad y privacidad suficiente. Si nos encontramos en plena urbe lo ideal es sentirse aislado rodeados de la belleza verde. Para esto, es recomendable elevar la altura de las rejas o el balcón con madera o cañas y cubrirlo con plantas trepadoras.
Por otro lado, si el espacio es muy pequeño el césped natural puede ser desfavorable. Podría plantarse manzanilla o tomillo si no le agrada el césped artificial.
Resolviendo las superficies
Para el piso, los ladrillos son mucho más recomendables que el cemento liso por su calidez y por la posibilidad de combinarlos con otros materiales. Los pavimentos de piedra son una opción muy utilizada aunque no son muy económicos. Por otro lado, pueden elegirse las baldosas que sin dudas son ideales para un jardín diminuto, especialmente si está situado al frente de la casa.
El papel de los elementos
Algunas opciones de jardines son el de tipo acuático, que transmite la calma y tranquilidad del agua. Un jardín tipo living, donde se ubican sofás con fundas lavables, mesa y sillas.
Existen muchas opciones para proyectar un buen espacio verde utilizando nuestro ingenio y creatividad al máximo. Si no cuentan con espacio suficiente, siempre pueden optar por opciones como las que os hablaba en el post pasado, de utilizar jardineras verticales.
