A continuación presentamos hoy una lista para maximizar el poder que los colores tienen sobre nuestro estado de ánimo general, y aprender a combinarlos con cada habitación para que, cuando entres, el color del que está pintado contribuya a tu ánimo.
Color por color
Rojo: un color estimulante y energético, así que jamás se te ocurra pintar tu cuarto de dormir de este color, no importa que sea tu favorito: ¡no podrás descansar bien! En cambio, puedes pintar de rojo la entrada de tu casa o el vestíbulo, para dar un aire elegante y a la vez energético.
Rosa: simboliza juventud y dulzura, por lo que es ideal para el cuarto de las niñas y también para darle un toque de originalidad a tu baño.
Azul: contribuye mucho a la relajación, por lo que es recomendable que pintes las paredes de tu dormitorio en un tono pálido de este mismo color.
Amarillo: aclara y agranda los ambientes. Recomiendo pintar de amarillo habitaciones sin luz o pasillos que no tengan mucha vida.
Marrón: color serio y masculino. Pinta de esta tonalidad habitaciones que requieran concentración, como un estudio o una biblioteca.
Anaranjado: Simboliza comodidad y acción. Es un color que iría bien en una habitación familiar.
Verde: Asociado con la naturaleza y la tranquilidad, este color es ideal para color neutral, por ejemplo en la cocina o el comedor (asegúrate de utilizar tonalidades suaves).
Negro: como color dominante que es, utiliza este color (queda muy bien combinado con blanco y gris) para las habitaciones más tecnológicas de la casa.
Blanco: un color utilizable en cualquier ambiente de la casa, ya que agranda los espacios.
Gris: Al ser un color que no le inspira nada al estado de ánimo, es conveniente pintar de gris áreas en las que uno necesite mucha concentración, como una oficina.
hasta la proxima!