La cocina es uno de los lugares más complicados de decorar en el hogar. Y es que no solo debe tener el estilo que nos gusta, sino que se trata de un lugar en el que desempeñamos actividades clave, por lo que debe ser funcional y práctica. Además, cada vez es más frecuente que la cocina adopte un rol de espacio para socializar, en el que compartimos cada vez más momentos…
Hoy te proponemos algunas ideas sencillas que te ayudarán convertir tu cocina simple, sencillas, común, en un lugar mágico y único.
El blanco y negro no solo es un clásico, sino siempre un acierto. Además, es sin duda, una de las formamos sencillas de imprimir un toque de elegancia y distinción a cualquier espacio.
Los muebles blancos potencian la luminosidad del espacio y los ampliarán visualmente. Y si quieres darle un toque diferente, las rayas en la pared aportan personalidad y carácter al espacio.
Este ejemplo que os mostramos a continuación es la clara muestra de que en decoración, no hay espacio pequeños, sino mal aprovechados.
Son habituales las cocinas con forma rectangular y el espacio justo. Pero tener el espacio justo no significa que no podamos disfrutar de él y convertirlo en un rincón especial y práctico.
Una de las grandes ventajas de cualquier cocina es contar en ella con une espacio que nos permita comer o tomar un café. Y esta, a pesar de sus escasos metros, cuenta con un rincón que invita a pasar buenos ratos.
Lo cierto es que lo único que se ha hecho es aprovechar al máximo el espacio bajo la ventana, empleando los laterales para convertirlos, por un lado en una práctica librería, y por el otro en lugar perfecto en el que colocar una pequeña televisión que nos haga más ameno el desayuno o nos entretenga mientras cocinamos.
Y ese estilo de sillón en rojo nos transportan a una serie o película americana…
Desde luego, no le falta detalle.
Cuando no hay espacio para una mesa, otra opción también práctica es colocar una barra estrecha pegada a la pared, como se ha hecho en este caso…
Si os fijáis el ancho de la barra es poco más del que ocupa un palto.
De esta manera se ha logrado crear, donde parecía imposible, un encantador rincón para comer en la cocina.
Además se puede aprovechar aquellos espacios en los que no hay muebles y colocar baldas que permitan almacenar utensilios… Y, sin duda, una buena idea es decorar con vajillas y utensilios. Para ello solo tenéis que combinar los colores de las paredes y muebles con los de la vajilla, por ejemplo. Y el resultado, como se puede apreciar, es sorprendente.