El sofá Suita, que trata de integrar todos los usos de un sofá familiar (tumbarse o sentarse, trabajar o comer) en un único elemento.
El sofá no sólo permite la convivencia de usos, como una familia, también puede crecer y cambiar.
Compacto y capaz de convivir con los muebles que llegaron antes que él, representa la idea del sofá-habitación. Explicamos por qué.
Las claves del sofá Suita (acrónimo de Suiza e Italia) para tratar de responder a lo que puede ser un sofá familiar de hoy son éstas:
- Es de producción industrial pero puede adaptarse a medida. Está compuesto por elementos que se pueden combinar según los espacios que deba o pueda ocupar el sofá y de acuerdo con las necesidades a las que deba responder. La combinación de chaise-longues, cabeceros, bandejas posteriores o módulos intermedios es libre. Todo puede unirse.
- Puede crecer. La modularidad le permite crecer a lo largo -añadiendo cuerpos de asiento-, a lo ancho –añadiendo una chaise-longue- o a lo alto -sumando cabeceros elevados-.
- Es compacto, pero cómodo. Citterio investigó diversas firmezas para el relleno de los almohadones y los asientos con el fin de lograr un sofá cómodo en un espacio limitado.
- Es de fácil convivencia. Su neutralidad (tapicerías monocromas, líneas sobrias estructura de aluminio fundido a presión, patas sin referencia temporal) permite que el nuevo sofá conviva con elementos ya existentes en la casa. Desde los cojines hasta las mantas o mesillas. Se trata de un sofá ideado para convivir, no para cambiar.
- Útil por todas sus caras. Una serie de bandejas permiten que la parte trasera del sofá se convierta en aparador u oficina. El propio puf, ideado por Citterio, puede actuar de mesa, de chaise-longue o de asiento supletorio.No se trata de un sofá tendencia sino de una pieza de resistencia.
articulo escrito por: Anatxu Zabalbeascoa en elpais.com