Tu casa debe convertirse en un lugar cálido y confortable en el que relajarte. Zen significa meditación en japonés, por lo tanto no es nada sorprendente que el estilo zen sea un elemento importante en la decoración del hogar japonés. Pero poco a poco se ha convertido en algo más que un estilo. Zen refleja equilibrio, armonía y relajación. El principio del estilo Zen es que “menos es más”. Una decoración zen es por esencia una decoración minimalista, donde la calidad prevalece más que la cantidad. Lo primero que debes hacer es mirar críticamente el espacio vital que tienes. ¿Qué mobiliario es el que realmente necesitas y utilizas? Lo mejor es que despejemos aquellas zonas que tienen algo más que ofrecernos y que nos proporcionarán una mayor relajación al no ver todo “saturado”. Por lo tanto es el momento de renovarse, tirar lo que no se usa, y dejar libres los armarios de todos aquellos trastos que llevamos años almacenando, y nunca terminamos de darle una utilidad práctica.
La dormitorio es el lugar por excelencia del descanso, y el lugar de la casa que merece más la pena decorar con mimo, creando un ambiente sereno y tranquilizador . Para dar ese toque tranquilizador, os proponemos colocar una fuente de agua en una esquina de la habitación y conseguiremos el sonido y el ambiente de la naturaleza en su estado puro.
La gama de colores que se deben escoger son suaves, que vayan del blanco al beige, pasando por tonos grises claros y se pueden complementar perfectamente con gamas como el chocolate o el ciruela en pequeñas pinceladas.
La luz es muy importante: En una habitación zen, la luz no debe ser agresiva. Lo primero es dar prioridad a la luz natural, y siempre en puntos indirectos. La luz natural es una excelente fuente de buen humor, y actúa sobre la calidad de nuestro sueño que se puede regular a ritmo de la luz solar. En cuanto a los puntos de luz secundarios, lo ideal es disponer de diferentes lámparas repartidas por la habitación, más que de un solo foco halógeno en el techo.